Imagina que estás en una reunión familiar y ves a una prima con la que hace tiempo que no te ves. Puede que notes algo diferente en ella, que parezca más reservada o cansada. Puede que parezca un poco borde, incluso que haga algún que otro comentario sarcástico.

Tal vez falte un familiar a la reunión y nadie sepa por qué. Todos estos pueden ser signos de que a un ser querido le está costando sobrellevar la situación de alguna manera, y puede que usted quiera intentar ayudarle.

Señales de que un ser querido te necesita

Muchos de nosotros sólo nos abrimos de mala gana a nuestros miedos y desafíos. Cuando somos demasiado orgullosos para expresar nuestro dolor, tendemos a mostrarlo de formas más sutiles.

Retraerse

Cuando un miembro de la familia evita las reuniones o las llamadas, considere la posibilidad de acercarse a él con delicadeza a modo de control. Al retirarse, se alejan de situaciones en las que se les pueden hacer preguntas que les lleven a admitir que necesitan un hombro en el que apoyarse”, señala Helena Plater-Zyberk, cofundadora de Supportiv. Puedes aprovechar esta oportunidad para hacerles saber que les echas de menos, y que no hay ninguna presión en absoluto para que demuestren fuerza o estén de un humor determinado: simplemente les echas de menos. Aunque no pase nada, seguro que aprecian tu preocupación.

Cambio de humor

Del mismo modo, cuando un ser querido se muestra irritable o de un humor inusual, puede ser señal de que está pasando por otra situación. Puede que esté intentando procesar ciertas emociones y aún no sepa cómo expresarlas. No te ofendas por comentarios aparentemente cínicos o bruscos, y hazle saber que estás abierto a hablar con él si se siente obligado.

Cómo ayudar

Si has reconocido que un ser querido lo está pasando mal, el primer paso estenderle la mano. Una vez que surja la oportunidad de hablar, he aquí algunos consejos para ayudar a su ser querido a sentirse apoyado:

Entable una conversación abierta.

Expresar amor por un familiar necesitado y hablar abiertamente es siempre la mejor opción, en lugar de compartir opiniones firmes o juzgar sus dificultades. Puesto que todos tenemos nuestros propios problemas, podemos ayudar más eficazmente creando simplemente un espacio en el que los sentimientos de nuestro ser querido puedan expresarse y explorarse. El objetivo debe ser capacitarles para que puedan implicarse plenamente en su propia situación, sabiendo que usted estará a su lado si la situación se vuelve emotiva o difícil. Recuerde que es posible que no crean en la salud mental y que no corresponde a la familia imponerles ninguna etiqueta. En lugar de eso, llénales de empatía y escucha lo que tengan que decir. Sé un oyente activo

Infórmate sobre sus dificultades.

Aprender más sobre los problemas de un ser querido te ayudará a simpatizar con lo que está pasando. Por ejemplo, puede que te hayas enterado de que un primo ha perdido a un amigo muy querido: antes de verle, intenta leer sobre el proceso de duelo. Si ya conoces los detalles, al entrar en la situación también puedes buscar recursos y grupos de apoyo que el familiar pueda estar dispuesto a conocer. Recuerde que cada persona atraviesa las dificultades de un modo diferente y puede que aún no esté abierta a sugerencias. Aunque aprender más sobre su experiencia siempre ayudará a un ser querido a sentirse comprendido en su dolor, permitirle avanzar a su propio ritmo puede ser la acción más útil de todas.

Pregunte directamente qué puede hacer.

A menudo es difícil calibrar qué tipo de ayuda necesita un familiar. Si no está seguro, ¡siempre puede preguntarles! Algunas personas aprecian el espacio y el apoyo a distancia, mientras que otras se sienten mejor tras una sesión de desvarío de cinco horas. En cualquier caso, aclara que quieres apoyarles, aunque su lucha particular esté fuera de tu alcance.

Por último, recuerda que no eres personalmente responsable de los problemas de los demás. Como individuo con sus propios retos y limitaciones, asegúrate de cuidar de tu propia salud mental y comprender tus límites a la hora de ayudar a los demás.