La confianza en uno mismo es importante para el bienestar emocional, y es un reto muy común tanto dentro como fuera de la comunidad de discapacitados. Sin embargo, las personas con discapacidad pueden sentirse atrapadas en un ciclo de falta de autoeficacia debido a la experiencia de la discapacidad.

La discapacidad puede acabar con tu confianza en más de un sentido. Puede ser difícil mantener la confianza cuando, por ejemplo, tienes un día especialmente duro con tus síntomas, experimentas la invalidación de otras personas o ya no eres capaz de realizar las tareas que solías hacer debido a una discapacidad nueva o progresiva.

La confianza es una herramienta especialmente importante para las personas con discapacidad, porque refuerza la resiliencia. Sin embargo, la discapacidad, ya sea temporal o crónica, puede acabar con la sensación de agencia necesaria para la confianza y la resiliencia. Esto puede llevar a una mayor percepción de las propias limitaciones y a una espiral descendente de autoestima.

Tenemos que romper este ciclo Refuerza tu autoestima con los siguientes datos, estrategias, cambios de perspectiva y replanteamientos.

¿Por qué es importante la confianza?

El concepto de confianza puede incluir la falta de vergüenza, así como el sentido de agencia o control sobre tu vida. Ambas partes de la confianza afectan a nuestras relaciones y a nuestro bienestar emocional, y ambas pueden verse afectadas por la discapacidad.

¿Por qué es tan importante la confianza en uno mismo, especialmente si se tiene una discapacidad? La confianza no sólo afecta a la forma en que te sientes contigo mismo. Influye en la capacidad de recuperarse del estrés, los conflictos y las experiencias traumáticas. Las investigaciones también relacionan la falta de confianza y la baja autoestima con un mayor riesgo de sufrir síntomas de depresión y ansiedad, problemas para dormir y otras posibles consecuencias. Los problemas de autoestima pueden dificultar que nos defendamos o aboguemos por nosotros mismos, que establezcamos vínculos sociales positivos en nuestras vidas, que pasemos tiempo con otras personas, etcétera.

Así pues, utiliza el siguiente debate para explorar tu experiencia con la discapacidad y la confianza en ti mismo, además de encontrar soluciones para sentirte más capacitado.

¿De qué manera tu discapacidad te hace sentir limitado o menos seguro de ti mismo?

Lee la siguiente lista y comprueba si te enfrentas a alguna de ellas o a algo similar. Después, hablemos de ello.

Limitaciones emocionales:

  • Regulación de las emociones
  • Sentirse roto
  • Sentirse indeseable
  • Sensibilidad al rechazo
  • La carga del dolor

Limitaciones físicas:

  • Movilidad
  • Habla
  • Lucha por cuidar de sí mismo
  • Habilidades motoras
  • Disfunción autonómica

Limitaciones cognitivas

  • Función ejecutiva
  • Problemas de aprendizaje
  • Procesamiento verbal, visual o auditivo
  • Pensamientos y/o conciencia fragmentados
  • Memoria

A continuación, considere hasta qué punto esta limitación le hace juzgarse a sí mismo (o esperar que le juzguen). En realidad, ¿son estas limitaciones inherentemente “malas”? ¿Le hacen menos valioso como persona?

Probablemente no, aunque a veces parezca que te ven así. La sensibilidad al rechazo es muy real, al igual que las dificultades con la memoria, las dificultades para hablar o cualquier otro aspecto de la lista anterior. Todos ellos afectan a tu vida. Pero la clave está en cuestionar la idea de que estos rasgos reflejan tu valía.

La discapacidad en sí es humana. No eres malo por la situación en la que te encuentras, por experimentar un dolor físico que afecta a tu salud emocional o por luchar contra una discapacidad emocional. Y nada de lo anterior determina tu valor como persona.

Sentirse deseable

En cuanto a cuestiones como la deseabilidad, plantéate cómo funciona la deseabilidad en la sociedad y si estás de acuerdo con ello, independientemente de tu discapacidad.

Aunque no fueras deseable, ¿tiene sentido cómo determina nuestra sociedad la deseabilidad? ¿Realmente quieres ser (o estar con) alguien que tiene ideas “básicas” sobre la deseabilidad? ¿O, por el contrario, querrías estar con alguien que desafía la norma y forja sus propias ideas sobre lo que importa? Porque esas personas existen: ¡tenemos muchas!

Del mismo modo, considere cómo se aplicarían sus autojuicios, por extensión, a otras personas con su misma discapacidad. ¿Aplicarías estos autojuicios a los demás? ¿No? Cuando proyectas esos pensamientos desagradables sobre ti mismo, también los proyectas sobre las personas que te rodean

Si puedes ver a otras personas con tu discapacidad de forma positiva, ¿quién te dice a ti que no deberías sentirte capacitado, digno y seguro de ti mismo a pesar de lo que te está pasando?

Formas de mantener una autoestima positiva y un sentido de agencia

El empoderamiento es el camino hacia la confianza en uno mismo a pesar de la discapacidad. Hay cosas que no puedes cambiar, pero siempre puedes asumirlas. Lo que, a su vez, puede hacer que dejen de poseerte. He aquí algunos consejos para evitar que la discapacidad acabe con tu confianza.

1. Haz que la confianza sea incondicional

La retórica de que la discapacidad es un “don disfrazado” puede resultar frustrante en ocasiones. Sobre todo, en contextos en los que la discapacidad se utiliza como inspiración para las personas sin discapacidad: “ Si ellos pueden, cualquiera puede”, se puede decir, sin darse cuenta de que no es así en absoluto la inmensa mayoría de las veces.

La discapacidad -incluso si dos personas tienen la misma discapacidad- afecta a cada uno de forma diferente. Además, tu valía no está ligada a lo que puedes hacer.

Una cosa que sabemos sobre la discapacidad es que cualquier persona, en cualquier lugar, puede quedar discapacitada en cualquier momento. Muchas personas sin discapacidad no quieren admitirlo. Esto suele deberse al capacitismo. Teniendo en cuenta este hecho, una de las mejores formas de lograr una mayor confianza, tanto si tienes una discapacidad como si no, es hacerla incondicional.

Prueba este ejercicio emocional:

Piensa en alguien a quien ames incondicionalmente; tal vez, un hijo o un amigo. Junto con este amor incondicional, es probable que también sientas que su valía es incondicional y que merece sentirse bien consigo mismo.

Hay cosas que podemos controlar, como ser la persona más amable posible, pero hay muchas que no. Aceptar las cosas que están fuera de nuestro control es un proceso continuo, pero necesario.

2. Adapta las tácticas de fomento de la confianza a ti

En muchos artículos sobre la confianza, encontrarás actividades para fomentarla, como el trabajo voluntario, la fijación de objetivos y la actividad física. Es cierto que estas cosas pueden reforzar la confianza y la salud emocional en ocasiones, pero ¿qué ocurre si no puedes hacer la mayoría, o todas, las cosas que alguien sugiere para fomentar la confianza?

Elige las que puedas hacer. Esto podría significar afirmaciones positivas, interacción social positiva, aficiones y actividades que sí se ajusten a tus capacidades, etcétera. Y lo que quizá sea más importante, ten en cuenta que las cosas que no puedes hacer no son las únicas opciones.

Te propongo un ejercicio:

Tómate un momento para fijarte en tus rasgos positivos. Puedes tomar nota de ellos internamente o escribirlos. Incluso los conocimientos que adquieres gracias a la discapacidad, si procede, son algo de lo que puedes sentirte bien. Puede que hayas aprendido a ser más empático o a abstenerte de juzgar a otras personas. Son rasgos profundamente hermosos y, si eres portador de esas cualidades, es probable que hayan afectado positivamente al mundo que te rodea más de lo que imaginas.

Las afirmaciones positivas también (para las que puedes encontrar inspiración en citas sobre discapacidad y de activistas de la discapacidad) son algo que puedes utilizar independientemente de dónde te encuentres.

3. Desafía la vergüenza

Pregúntate por qué no te sientes seguro de ti mismo. ¿Existen pensamientos o temas específicos que tienden a surgir cuando te sientes así? Aunque pueda parecer contradictorio, esta introspección puede ayudarte a llegar a donde quieres estar. ¿Por qué? Porque identifica la raíz del problema.

A veces, aunque no siempre, la vergüenza puede desempeñar un papel. Por ejemplo

  • vergüenza por nuestro aspecto,
  • vergüenza por lo que podemos o no podemos hacer,
  • vergüenza que proviene de la comparación,
  • vergüenza por tener que pedir ayuda para una tarea o en general,
  • vergüenza por un momento de gran vulnerabilidad o vergüenza,
  • vergüenza por sentirnos como una carga.

Si alguna de estas situaciones te afecta, tengas o no una discapacidad, puede ser importante cuestionar la vergüenza:

  • “¿Querría que otra persona en mi lugar sintiera vergüenza?”
  • “¿Qué influye en mi vergüenza? ¿Coincide con mis creencias?

Este proceso de cuestionar los procesos de pensamiento inútiles o ilógicos constituye el núcleo del proceso de replanteamiento cognitivo.

Reencuadrar la vergüenza puede aumentar la confianza a largo plazo, como demuestran los estudios sobre la confianza y la terapia cognitivo-conductual. Por supuesto, esto no significa que vayas a tener confianza en ti mismo todo el tiempo, nadie la tiene. Pero el poder de modificar los pensamientos y hacerlos más adaptativos, sea lo que sea lo que eso signifique para ti, es una práctica valiosa.

4. Encuentra a gente que lo entienda

Un poco de comprensión puede llegar muy lejos, pero ¿cómo encontrarla? Aunque no es una lista exhaustiva, aquí tienes algunas ideas:

  • Sigue a activistas de la discapacidad en Internet. Es una forma excelente de encontrar representación, lo que puede resultar muy catártico, aunque el vínculo sea parasocial.
  • Únete a un grupo de apoyo, ya sea para tu discapacidad específica o un grupo general de apoyo a la discapacidad.
  • Si procede, busca una representación precisa de tu discapacidad. Libros, podcasts de personas que viven con la misma discapacidad, etc., pueden ser opciones.
  • Utiliza los foros en línea. De nuevo, pueden ser sobre discapacidad en general o sobre una discapacidad específica que tengas.

Cuando entres en estos espacios, puede que descubras a gente que está en el mismo camino para aumentar la confianza. Ver los éxitos de otras personas, que pueden ser el uso seguro de una ayuda para la movilidad, la confianza para defenderse a uno mismo y sus necesidades en relación con la discapacidad, o la confianza para utilizar la autocompasión, puede ayudarte a hacer esas cosas por ti mismo.

5. Hablar de los momentos difíciles

No importa lo sólida que sea tu confianza, lo cierto es que nadie se siente seguro al 100% todo el tiempo. Aunque no nos demos cuenta en otras personas, la baja autoestima y la poca confianza en uno mismo pueden estar ocultas.

Es importante tener un lugar donde poder hablar de los momentos difíciles, tanto relacionados con la confianza como con la propia discapacidad. Puede ser una red de apoyo entre iguales, como Supportiv, un amigo, un grupo de apoyo, como se ha mencionado antes, u otro espacio donde puedas hablar de lo que te preocupa.

La discapacidad puede enseñarnos mucho, pero las batallas son muy reales y están ahí. Te mereces una validación emocional y la posibilidad de expresar cómo te sientes cuando las cosas no van lo mejor posible.

Conclusión

La vida es demasiado corta para dejar que una confianza no muy firme te frene. Cuando refuerzas la confianza y la autoestima, puedes notar ventajas como un aumento de la felicidad, seguridad en ti mismo y vínculos interpersonales más fuertes. Elige a personas que te animen y no tengas miedo de ponerte en contacto con uno de nuestros voluntarios de apoyo si necesitas ayuda.