Los conflictos en una relación pueden ir desde pequeños incidentes, como discutir sobre lo que se va a cenar, hasta grandes broncas, como si ambos quieren tener hijos o no. Aquí abordamos algunos de los problemas que pueden surgir en cualquier relación y qué hacer al respecto. Echa un vistazo y encuentra respuestas a tus problemas específicos
Si te sientes aburrido en tu relación, lo primero que debes hacer es preguntarte por qué. ¿Ya no encuentras interesante a tu pareja? ¿Te falta algo con lo que conectar? ¿Se ha esfumado la relación sexual?
Sean cuales sean las razones, habla con tu pareja de cómo te sientes. Es posible que él también quiera recuperar la chispa: póngalo sobre la mesa y ambos podréis actuar juntos.
Quizá podáis planear una escapada romántica especial o introducir algo nuevo en el dormitorio. Una actividad en la que trabajen para alcanzar un objetivo común, como tomar juntos una clase de cocina, podría ser todo lo que necesitan para recuperar la excitante conexión.
Recuerda que los celos son un sentimiento útil. Existe para que queramos proteger lo que es importante para nosotros. Este hecho, unido a la leve incertidumbre de toda relación, puede hacer que nos preocupemos por el compromiso de nuestra pareja.
Sin embargo, las acciones de tu pareja pueden ser sólo una parte del origen de tus celos. Intenta separar sus acciones de tus otros sentimientos o cavilaciones, como preocuparte por sentirte sola, haber sido engañada en el pasado o pensar que no eres lo suficientemente buena para tu pareja.
Para abordar la raíz de sus celos, debe reconocer sus sentimientos, comprender sus propias prioridades y comunicárselas a su pareja; no es una tarea fácil, pero comprender que los celos son normales puede hacer que sea más fácil abordarlos.
A veces puede parecer que tu pareja habla otro idioma. Cuando hable con él, intente estar presente, ser sincero y abierto.
Para escuchar activamente a su pareja, pregúntese cómo encajan sus sentimientos con lo que ya sabe de ella y hágale preguntas que le ayuden a entender cómo encaja todo.
Concéntrese en comunicarse con su pareja: comprenda lo que comparte contigo, y evite hacer juicios o imponer sus propios puntos de vista sobre sus sentimientos personales. Para asegurarte de que tanto tú como tu pareja sois escuchados en vuestra relación, empieza por poner de tu parte, y el resto vendrá solo.
Es sano tener tus propios intereses y explorar la vida independientemente de tu pareja. Sin embargo, también es importante compartir cosas en común con tu pareja. Si últimamente estás buscando esas cosas, probad juntos cosas nuevas y excitantes.
Las actividades que implican un subidón de adrenalina compartido te ayudarán a conectar, al preparar físicamente tu cuerpo para la conexión: cuando te encuentras en una situación de riesgo, es útil tener un compañero. Tu cuerpo lo sabe, y se sentirá más fácilmente conectado en, por ejemplo, una película de miedo. Salir de tu zona de confort te ayuda a crecer como individuo y puede ayudar a que tu relación también crezca.
A veces el problema es la distancia literal que os separa. Aunque estar separados puede ser frustrante, céntrate en el futuro que os espera. La distancia no es tan mala si mantienes viva la esperanza y la ilusión. No te olvides de hablar de los pasos que estáis dando hacia ese futuro, como la intención de solicitar plaza en un centro de estudios o en un trabajo en la localidad de tu pareja dentro de unos años, o vuestro sueño común de trasladaros juntos a Europa cuando hayáis ahorrado suficiente dinero.
el 30% de los matrimonios no se identifica con el mismo partido político. Sin contar a los independientes, el 10% de los matrimonios son demócrata y republicano.
No te lleves las discusiones a la cama. Establece un límite de 10 minutos o limita la discusión a la mesa del café. Puede que algunos temas estén totalmente prohibidos, y no pasa nada. Siempre puedes encontrar a otra persona o grupo que comparta tus frustraciones políticas.
Es poco probable que tú y tu pareja estén en desacuerdo en todo. Tal vez estén de acuerdo en un tema social a pesar de tener opiniones económicas diferentes. Tal vez compartan la importancia de un valor concreto, como la libertad de expresión o la educación, aunque discrepen en su aplicación.
Cuando se rodea de personas con ideas afines, puede encontrarse en una cámara de eco. Estar con un compañero políticamente diferente puede dar a cada uno la oportunidad de cuestionar sus puntos de vista. Cuando la gente insta a “cruzar las líneas del partido”, tú puedes ser el principal candidato.
Aunque no esté de acuerdo con algunos aspectos de las creencias de su pareja, busque formas de apoyarla que no entren en conflicto con sus propios puntos de vista. Asiste a la iglesia los domingos como observador si no como creyente. Celebra Hanukkah junto con la Navidad. Escúchales hablar sobre el origen de su(s) Dios(es). El respeto y un oído abierto pueden ayudar mucho.
¿Ambos creen en Dios, aunque sea de una fe diferente? ¿Apoyan ambos algún principio religioso común, como ayudar a los menos afortunados?
No todas las parejas necesitan fusionar completamente sus finanzas. Mantenerlas separadas es una opción. Algunas parejas optan por fusionar la mayor parte de sus ingresos, pero también tienen pequeñas cuentas separadas en las que pueden gastar a su antojo.
Si hay una diferencia de ingresos entre tú y tu pareja, no tienen por qué repartirse todo al 50%. Si tú ganas el doble que su pareja, puede que merezca la pena plantearse pagar más por las necesidades comunes que su pareja (o viceversa).
Ten una conversación sincera con tu pareja sobre las cosas importantes:
Cuando haya grandes diferencias en las respuestas a estas preguntas, tendréis que decidir si vuestra relación puede sobrevivir a ellas.
Si decides seguir juntos, ponte en marcha hacia el compromiso. Empezad a hablar pronto para que podáis tener un montón de pequeñas conversaciones sin la presión de una decisión inminente.
Puede que hayas notado un tema común aquí. Sea cual sea el obstáculo al que te enfrentes, primero mira hacia dentro para comprender realmente tus sentimientos y lo que quieres. Después, háblalo con tu pareja abierta y sinceramente. Escucha su respuesta. Y, si quieres que tu relación funcione, empieza a hablar de compromiso. No ocurrirá de repente, pero ambos cambiaréis a medida que crezcáis juntos. Puede que te sorprenda el resultado final.
Asegúrate de centrarte en lo más importante que tenéis en común: que os queréis.
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