Cuando has vivido un acontecimiento o una relación que te ha marcado, sanar significa aprender a seguir tu propio camino y a satisfacer tus propias necesidades antes que las de los demás. Sin embargo, las experiencias que hacen necesaria la curación tienden también a destruir el sentido de uno mismo. ¿Cómo puedes seguir tu propio camino si el trauma te impide verlo?

Para curarte y hacer cambios significativos en tu vida, tienes que recuperar el sentido de ti mismo. Si no reconstruyes un fuerte sentido de ti mismo, los intentos de curación pueden alejarte de tus necesidades reales. Redescubrir quién eres y qué necesitas lleva tiempo, pero puede ayudarte a reconstruir una vida mejor.

¿Quién eres tú?

He aquí una pregunta importante que quizá no pensemos en hacernos:

¿Quién eres?

Una vez que te conoces a ti mismo, puedes avanzar y esforzarte por conseguir lo que quieres, así que merece la pena reexaminar tu mundo interior.

Todos tenemos cosas que nos gustan y que no nos gustan de nosotros mismos. Puede que seas un gran líder o un orador elocuente. Tal vez seas un artista con talento o alguien a quien se le dan bien los números. Todo el mundo tiene talentos, y es fundamental conocerlos y aprovecharlos. Saber en qué eres bueno te ayudará a sentirte más seguro de ti mismo.

Además de tus puntos fuertes, cada persona tiene sus defectos. Es fácil caer en la trampa del autodesprecio: no eres bueno en algo, así que te lo reprochas con humor.

El hecho de que no destaques en un área determinada no significa que eso tenga que afectar a tu autoestima. Cada persona es buena en cosas diferentes.

Así que es hora de hacer inventario. ¿Cuáles son tus puntos fuertes? ¿Qué puedes ofrecer al mundo? Haz una lista de estos atributos para recordarte quién eres y adónde quieres llegar.

¿De dónde viene tu sentido del yo?

Los puntos fuertes y los defectos no son el todo y el fin de tu autoestima. Al principio de tu proceso de curación, considera también las circunstancias de la vida que magnificaron tus defectos y alimentaron tus puntos fuertes.

Querrás buscar un futuro que encarne el potencial de tus puntos fuertes, permitiéndote crecer sin fomentar patrones inútiles.

Por ejemplo, una familia disfuncional puede haberte hecho territorial en cuanto a tus posesiones y temeroso de los conflictos. No puedes curarte si sigues rodeado de personas disfuncionales; no puedes aprender a confiar en ellas, porque no son de fiar. Permaneciendo en tal situación, tu cuerpo aprende a esperar la disfunción, y la curación se hace mucho más difícil.

Comprender tu verdad personal te ayuda a concederte el beneficio de la duda y a evitar repetir los errores del pasado.

Con este conocimiento, también tienes una guía para construir tu futuro. Querrás rodearte de personas que comprendan con naturalidad los límites de los demás y que resuelvan los problemas rutinarios sin conflictos innecesarios.

¿Qué puede acabar con tu autoestima?

Errores

Los errores son inevitables. Todos cometemos errores garrafales, herimos a la gente, metemos la pata o enfadamos a nuestros seres queridos. Es parte de la vida.

Es crucial aceptar que cometerás errores y que los errores te hacen humano. De lo contrario, te encontrarás rumiando, pensando demasiado o lamentando tus decisiones.

Es natural volver la vista atrás y preguntarse qué se podría haber hecho de otra manera. Por desgracia, en este momento no es posible viajar en el tiempo. Sólo podemos trabajar con lo que está ocurriendo ahora mismo. No puedes cambiar el pasado, pero puedes controlar tus acciones en el presente.

Cómo NO interiorizar los errores:

Cuando te das cuenta de que has cometido un error, no tienes que castigarte, pero es importante pedir disculpas y enmendarlo. Además, recuerda que a veces la gente no aceptará tus disculpas. No pasa nada, siempre que lo hayas intentado lo mejor que has podido. Pregúntate: “¿Hice todo lo que estaba en mi mano para remediar esta situación?”. Si la respuesta es afirmativa, entonces puedes seguir adelante y empezar a perdonarte. Sabrás si has hecho el esfuerzo de asumir tus errores y disculparte.

Rupturas

Las rupturas pueden ser brutales. Sabes quién eres y tu pareja amaba a esa persona. Ahora, la relación ha desaparecido y te sientes perdido o poco querido.

A veces, es difícil averiguar quién eres sin estar en una relación después de una ruptura. Compartiste tu vida con alguien especial. Ahora se ha ido y tienes que averiguar qué hacer a partir de ahora.

Recuerda que existías antes de tener esa relación. Tu identidad está separada de esa otra persona. Recuerda que las opiniones de los demás no definen tu identidad. No dejes que nadie te diga quién eres. Ni los ex, ni los amigos, ni los compañeros de trabajo, ni la familia, ni los desconocidos. Cada persona tiene derecho a sus opiniones, pero sólo tú puedes definir tu identidad. Por ejemplo, si alguien te dice que cree que eres un cobarde, eso no lo convierte en verdad. Tienes derecho a definirte a ti mismo. Por supuesto, como seres humanos, nos importa lo que los demás piensen de nosotros. Pero hay una diferencia entre querer gustar a alguien y definir tu identidad en función de su opinión. Es fundamental trabajar el sentido de uno mismo, sobre todo después de terminar una relación. Puedes volver a entender lo que es importante para ti y perseguir tus pasiones y sueños.

Trauma

Una fuerza externa que puede afectar al sentido del yo de una persona es el trauma. Cuando has sufrido un trauma, como una relación abusiva, abandono, abuso sexual o emocional… te afecta.

Recuperar el sentido de uno mismo después de un trauma implica negarse a dejar que las opiniones de los demás te definan.

Si estás en una relación abusiva, es probable que tu pareja te insulte o degrade tu autoestima. Recuérdate que esto no tiene nada que ver contigo: es un reflejo de sus carencias emocionales. Lo que dice de ti no es verdad, y nunca es tarde para rechazar su gaslighting.

Es fácil cuestionarse a uno mismo tras una experiencia traumática. Puede que te preguntes si tú te has buscado ese maltrato. Aclaremos una cosa: no te merecías el trauma de tu vida. Eres un superviviente de estas experiencias y puedes encontrar el camino de vuelta a ti mismo y a lo que te importa. El trauma que te ocurrió es real, pero también lo es tu valor como ser humano.

Tú no eres tus experiencias traumáticas; eres un ser humano que ha tenido una vida rica llena de momentos alegres y experiencias dolorosas que te han ayudado a crecer. Apreciar eso puede ayudar a mantener un sentido positivo de uno mismo después del trauma.

¿Cómo puedo redescubrir mi sentido de identidad?

Tiempo a solas

Pasar tiempo a solas puede permitirte redescubrir quién eres. Durante el tiempo a solas, disminuye el impulso de autocensurarse. La meditación y escribir un diario son dos formas de pasar tiempo contigo mismo y conocer cómo funciona tu mente.

Una forma de aprovechar al máximo el tiempo a solas es meditando. Si te sientas en silencio contigo mismo o haces una meditación caminando en la que escuchas tu voz interior, puede ser enraizante. No estás rodeado de otras personas que te distraigan.

Es tentador ahogar los pensamientos de la mente estando constantemente rodeado de otras personas. Pero este hábito puede alejarnos de una estrecha relación con nosotros mismos.

Puede que tu monólogo interno sea realmente incómodo y esté lleno de odio hacia ti mismo. Si te sientes así, puede ayudarte sacar un diario y escribir tus pensamientos. Puede que te sientas abrumado y asustado por lo que vas a escribir, pero plasmar tus pensamientos en un papel puede ser una experiencia liberadora. Te obliga a honrar lo que eres y lo que sientes, no sólo las partes que los demás pueden aceptar.

Autocompasión

Hay momentos en los que te sientes totalmente desesperanzado como persona. Puedes dudar de tu inteligencia, de tus elecciones o de tu bondad en general. Todo el mundo pasa por periodos difíciles en los que se siente así: es difícil salir de un agujero emocional. Sin embargo, si eres consciente de tus propias luchas, podrás comprenderte y culparte menos. La impaciencia con uno mismo y una intensa crítica interior no son culpa tuya, pero la autocompasión te ayuda a afrontarlas de frente.

Puede que simplemente estés atrapado en un patrón de pensamiento negativo. Piensas cosas como: “No puedo superar esto” o “Soy tan estúpido”. Cuando te sientes ansioso o deprimido, las cosas pueden parecer imposibles y puedes sentirte desesperanzado.

Permítete reconocer estos sentimientos y lo duros que son. Te mereces tener compasión de ti mismo en esos momentos.

Sé amable contigo mismo como lo serías con un amigo y, si te ayuda, puedes incluso decir estas afirmaciones en voz alta:

  • Siento que estés pasando por esto
  • Las cosas son difíciles en este momento
  • Estás sufriendo y no te lo mereces.

Siéntete libre de inventar una afirmación de autocompasión que funcione para ti y te haga sentir emocionalmente validado. No necesitas que otras personas te vean sufriendo para validar que es real. Estas emociones están presentes y puedes reconocer su existencia. Esa conciencia emocional puede ser poderosa y cambiarte la vida. La autocompasión te da la oportunidad de crecer y alcanzar un sentido más justo de ti mismo. Con esta práctica, puede que incluso descubras que eres capaz de ser más empático con los demás.

Rodéate de gente que te entienda

¿Alguna vez te has encontrado en una sala llena de gente pero te has sentido completamente solo? Es más habitual de lo que crees, y eso, en sí mismo, es algo por lo que conectar.

Para sentirte conectado y visto, es importante estar rodeado de gente que te entienda. Cuando estás rodeado de personas que te ven tal y como eres, la sensación es estimulante: puedes ser tú mismo y mantener conversaciones enriquecedoras. No estás agobiado por ocultar partes de ti mismo.

Si hay amigos que te hacen sentir bien contigo mismo, prioriza el tiempo con esas personas. Podrías descubrir que conectar con los demás te hace sentir valorado. Si te das cuenta de que quieres conectar con otras personas, sigue ese instinto: tu intuición te está diciendo que necesitas buscar una tribu de personas afines.

Comunicarte con personas que tienen las mismas pasiones y experiencias que tú puede hacerte sentir valorado, apreciado y comprendido. El apoyo puede ayudarte a recuperar el sentido de ti mismo que has perdido.

Cuando reconoces quién eres y por lo que has pasado, naturalmente tienes una idea más clara de hacia dónde quieres que vaya tu vida. Ese sentido de uno mismo es un requisito previo para una curación real y duradera.